Formación IDEAL

Metodología Agile: lo que tienes que saber

Alberto Flores

En los últimos tiempos se nombra con mucha frecuencia la Metodología Agile como una concepción que aporta un valor adicional al sistema de trabajo, potenciando la productividad de forma eficiente.

Empresas como Amazon o Google han implementado este método de trabajo. Y es así porque se está comprobando que esta metodología consigue valorar los ritmos de trabajo de forma adecuada y con un ritmo que se acompasa a los imprevistos.

Precisamente por ello es uno de los sistemas más codiciados: se plantea dejando lugar a los problemas, de forma que se adapta y consigue estimar el tiempo y prevenir posibles retrasos.

Se basa en las personas: tanto en los trabajadores y en su forma de trabajar con las herramientas que tienen a disposición y los procedimientos, como en los clientes y su aporte activo. Además, prioriza un uso eficaz de la tecnología: softwares que optimicen procesos y que los trabajadores puedan utilizar… Todo ello sumado a que se preveen posibles imprevistos y eso agiliza la puesta en marcha de una solución.

Generalmente, la implantación de una Metodología Agile pasa por una revisión grupal casi a diario que mantiene y examina cómo avanzan las tareas de cada persona o departamente. Ayuda a la comunicación, ya que permite trabajar en equipo y todos se sienten a la vez responsables de los logros, participando activamente y aportanto dinamismo.

Esto ofrece una perspectiva diferente que permite dar respuesta a necesidades: por ejemplo destinar trabajadores a una tarea que aún no ha podido resolverse en el tiempo estimado. 

Cómo implantar un Método Agile

Esta comunciación constante permite dividir las tareas en fases más contenidas  para ir evaluando el funcionamiento de cada pieza del puzzle. Hay muchos métodos dentro de la Metodología Agile, como el procedimiento Skrum o el método Kanban, entre otros. 

Sin embargo, todos parten de un mismo punto de partida: los doce principios esenciales en los que se basa el Método Ágile:

  1. Lograr la satisfacción del cliente a través de la entrega continua de productos, prototipos o fases del producto.
  2. No tener miedo a realizar cambios, al revés, verlos como una oportunidad para mejorar.
  3. Entregar producto funcional en una escala de tiempo menor: priorizar la creación a la generación de documentación.
  4. Especialistas  administración trabajan de forma conjunta.
  5. Las motivación de las personas es clave en los proyectos, esto generará autosuficiencia, autonomía y capacidad de que un equipo de trabajo se autogestione.
  6. Priorizar la interacción face-to-face: se obtiene un mejor resultado basado en la empatía y sobre todo, en la rapidez de la comunicación.
  7. Un producto final eficiente es la prueba de que la metodología está funcionando.
  8. El desarrollo sostenible forma parte de cualquier método ágil: no puede dejarse de lado el tiempo que se le dedica a cada proyecto, y no puede estar desarrollándose eternamente.
  9. Siempre se presta atención a la excelencia técnica, cuando se tiene en cuenta dentro del protocolo de actuación. Hay que diseñar correctamente, la agilidad está dentro de la mejora consciente y diaria de aquello que hacemos.
  10. Lo simple es eficiente: esto recortará tiempo en tus procesos.
  11. Los equipos deben ser capaces de autogestionarse. Si no lo hacen debemos localizar el problema.
  12. Inspeccionar y adaptar: forma parte de las reuniones periódicas del equipo. Counciarse y adaptarse a las necesidades es fundamental para la progresión del trabajo.