Detectar casos de acoso escolar y actuar correctamente resulta clave si queremos que nuestros hijos e hijas no lo pasen mal en el colegio. Por ello te ofrecemos algunos de los síntomas más comunes y cómo debes reaccionar ante ellos.
Hace un tiempo hablamos sobre el mobbing, el acoso que tiene lugar en el ámbito laboral. Pero este tipo de comportamientos no se dan únicamente en adultos y en ambientes de trabajo. También suceden en la etapa escolar y para que los problemas no se agraven es muy importante dar con ellos a tiempo para poder ponerles fin antes de que la situación se agrave más.
La Asociación Española para la Prevención del Acoso (AEPAE), define a bullying como cualquier tipo de maltrato psicológico, físico o verbal que se produce entre escolares de forma reiterada a lo largo del tiempo. Puede ser en el propio colegio o instituto o a través de internet mediante las redes sociales.
Se trata de un problema que afecta tanto a niños como a niñas en una proporción similar y la edad más habitual se da entre los 12 y 13 años, siendo mucho más reducido el número de casos a partir de dichas edades. Algunos de los desencadenantes más habituales tienen que ver con la marginación por ser diferentes, discapacidades o defectos físicos, ser retraídos o no tener los mismos gustos que la mayoría. También pueden recibirlo niños que destacan por su inteligencia o características de su personalidad.
Existen ciertos síntomas o señales que nos pueden ayudar a detectar que nuestros descendientes sufren bullying. Lo más importante para detectarlo lo más pronto posible tiene que ver con establecer una buena dinámica de comunicación y confianza con nuestros hijos. Sin embargo, también podemos detectarlo si nos encontramos con alguno de los síntomas siguientes:
Lo primero que debemos hacer si tenemos sospechas de que nuestros hijos están sufriendo acoso escolar es hablar con ellos. Debe ser una conversación abierta en la que le mostremos nuestro cariño, apoyo y comprensión ante la situación, sin presionarle ni enfadarnos. Bajo ningún concepto debemos no dar importancia a este problema o pensar que son cosas de niños.
Según la AEPAE lo aconsejable en estos casos es escuchar con mucha atención para distinguir acoso escolar de un conflicto puntual y hacerle saber que no está solo, que no es su culpa y que no debería sufrir esta situación. A partir de ahí, debemos acudir al centro educativo para informar de lo que está pasando y colaborar con él en las medidas que se van a llevar a cabo para poner fin al bullying.