Estamos en agosto, y en ciertos momentos del día, las temperaturas pueden llegar a superar los 40 grados. Sin embargo, puede que tengas que seguir estudiando porque estás opositando, tienes que recuperar o estás haciendo un curso de verano.
Además, ves a mucha gente que conoces de vacaciones, y la motivación que necesitas para estudiar durante varias horas seguidas se desvanece… Y sólo te apetece dedicar tu tiempo al ocio.
Pero no está todo perdido. Tus obligaciones siguen ahí, y si quieres resultados tienes que comprometerte, aunque quizá te cueste un poco más de lo habitual. Por eso vamos a darte una serie de tips para que puedas afrontar jornadas de estudio de la manera más saludable y eficiente posible.
En primer lugar, nuestro consejo es que conozcas bien tus horarios. Si no tienes que compaginar trabajo y estudios, estás en una situación muy favorable. Elige para estudiar aquellos momentos del día en los que tienes la mente más despejada y receptiva. Si, por ejemplo, te concentras más a las 6:30h de la mañana porque la temperatura es más agradable, madruga entre semana para poder aprovechar esas horas. Los primeros minutos puede costar un poco, pero luego te recuperarás y podrás concentrarte. Por otro lado, es muy poco probable que alguien te moleste o te proponga un plan tan temprano.
Puede ser que tu pico de actividad sea más vespertino. En ese caso, organiza tus horas para asegurarte que llegas a tu objetivo, y realiza primero las tareas que más te cuesten. Si lo que te preocupa, en el fondo, es que no te coincida con los tramos más cálidos del día, y tienes un objetivo alto (8 horas, por ejemplo) divide tu jornada entre mañana y tarde, según tus preferencias: 4h-4h, 5h-3h, 2h - 6h…
En segundo lugar es que te mantengas hidratado/a y tengas una alimentación saludable. Sí, también en verano. Recuerda aumentar un poquito la cantidad de agua que bebes normalmente (en verano sudas más y también necesitas beber más). Y no descuides tu alimentación, asegúrate de seguir ingiriendo frutas, verduras, proteínas e hidratos… Mantener a tu cerebro bien nutrido sin duda hará más efectivas tus horas de estudio.
Esto viene de la mano de un tercer tip: descansa las horas que te corresponden. Si estás cansado/a todo el día, no podrás concentrarte con éxito, e incluso puede ser que te duermas mientras estudias. Si sientes que tu cuerpo te pide una siesta, concédele ese regalo, pero no la alargues durante toda la tarde. Para evitarlo, además de ponerte una alarma, plantéate hacer algo que te active justo después de abrir los ojos. Por ejemplo: “voy a dormir, y en cuanto me despierte tomaré una ducha y después me pondré a estudiar” o “voy a dormir, después tomaré algo de merienda y a continuación estudiaré 4 horas”. También es positivo que tengas una pequeña recompensa que te motive a levantarte.
Al igual que el descanso, el ocio es importante. Queda también con la gente de tu círculo, despéjate algún día del fin de semana y dedícalo completamente a ti. Además de despejarte, vuelves a la carga más renovado/A. Pero ten muy presente que tienes que saber decir que no. Por mucho que te apetezca un plan, o que te gustase quedarte en esa cena un par de horas más, comprométete con tus objetivos. Sólo si controlas esos momentos tendrás un buen balance. Recuerda que si tienes obligaciones, el ocio está para cargarte las pilas, no para agotarlas.
Busca huecos en el día para hacer lo que te gusta, mantente activo/a. En verano es mucho más sencillo realizar actividades como nadar, salir a dar un paseo largo por la noche, jugar a volley en la playa… Intenta reservar un ratito al día para hacer algo de deporte, aunque no sea de alto impacto o intensidad. No sólo podrás salir de casa, sino que tu cuerpo (y tu cerebro) te lo agradecerán.
Y especialmente, durante los descansos del estudio, evita meterte en redes sociales. Lee las noticias, organiza el plan del fin de semana, escucha música... Pero no te tortures a ti mismo/a viendo como otras personas suben su momento de descanso, o sus vacaciones al completo, a Facebook o Instagram. Recuerda que no todo el mundo está disfrutando de una semana en El Caribe, ni lleva todo el día disfrutando de un helado mientras pasea por la ciudad. No te compares porque recuerda que tú tienes tus propios objetivos y también tu tiempo de descanso. Por eso, dedícate esos 5 minutos entre tema y tema a cuidar de ti, y olvida al resto.
Todos estos detalles ayudarán a hacer que tu estudio sea más eficaz, pero también un poco más agradable. Sin embargo, en ti reside la capacidad de motivarte. Por eso, en los momentos de flaqueza, ten presentes tus metas y por qué estás estudiando: conseguir una plaza, entrar en la carrera que te apasiona, ponerte al día con asignaturas que son importantes para tu conocimiento… Sea cual sea tu chispa para seguir adelante, encuéntrala y no dejes que se apague.