Los diseñadores de interiores requieren de una serie de destrezas que los diferencian del resto de profesionales del mundo del diseño. Han de ser trabajadores con gusto por la imagen, la renovación y la vanguardia.
Para ejercer como diseñador de interiores hace falta tener muy claro que el diseño de una vivienda y la decoración de un entorno concreto, requiere de estar al día de las últimas tendencias en imagen. Por ello, es justo asegurar que se trata de una profesión vanguardista porque no solo debe conocer lo último, sino que debe anticiparse. Los mejores diseñadores son aquellos que retuercen los esquemas para adaptarlos a la moda del futuro.
En el diseño de interiores hace falta tener conocimientos en arte. Saber, analizar y perfeccionar las formas, los colores y los utensilios que se deben tener en cuenta para elaborar el arte, han de ser condiciones indispensables en un diseñador de interiores. La organización especial y visual de un entorno concreto no es una tarea sencilla, requiere de una labor concienzuda.
El diseñador de interiores debe tratar de no copiar nunca lo que hagan otros artistas. Aunque puede coger ideas para revolucionar su propia creación, la copia de otro trabajo no deja sino en evidencia las destrezas propias. Un buen diseño de interiores es aquel que es capaz de reflejar inspiraciones, pero no copias literales.
Dicho lo anterior, también hay que recordar que el diseño de interiores debe requerir de un trabajo de investigación por parte del profesional. Si el cliente solicita una decoración especial o algo que solicite en mayor o menor medida para cambiar la imagen de un lugar, el diseñador de interiores debe tener en cuenta qué circunstancias rodean el lugar a redecorar, qué se ha hecho antes en ese lugar o qué se busca conseguir.
Un buen diseño de interiores es un diseño que gusta, que atrae al que lo ve. Un diseño de exterior extraordinario es aquel que rompe con lo establecido. Los mejores profesionales en este sector deben ser aquellos que sepan romper con las reglas y la norma general para hacer de su obra una nueva forma de entender el diseño. Al romper con lo habitual también se está dejando clara la impronta de la formación e inspiración recibida. El trabajo será siempre mucho más valorado.
Aquellas personas que tengan interés en dedicar su vida profesional al diseño de interiores deben tener en cuenta que existen diferentes estudios relacionados. Por ejemplo, hay desde cursos y talleres que sirven para empezar en lo más básico o especializarse, hasta carreras y títulos de postgrado que redundan en el conocimiento ya adquirido de antemano.