A la hora de hacer frente a unas oposiciones, hasta el más pequeño de los detalles puede marcar la diferencia entre conseguir una plaza o volver a tener que examinarse. Por ello, hay muchos factores que entran en juego durante la preparación a parte de estudiar. Uno de ellos tiene que ver con la alimentación, que puede ayudarnos a conseguir un mejor rendimiento.
Comer bien, de manera sana y equilibrada, resulta fundamental para la salud de cualquier persona. De hecho, es lo que nos permite mantener alto nuestro nivel de energía para afrontar nuestras actividades de cada día. En ese sentido, para lo que más energía necesitan quienes están preparando una oposición es para el estudio. Y al igual que sucede con todo lo demás, llevar una buena alimentación puede ayudarnos para ganar más concentración y ganas.
Puede parecer que da igual lo que comamos y que su impacto no se notará a la hora de estudiar . Sin embargo, sucede todo lo contrario. Al igual que también son imprescindibles las horas de descanso y el tiempo de ocio para desconectar, la alimentación juega un papel clave. Tener una dieta equilibrada no solo nos permitirá tener suficiente energía para afrontar las horas de estudio, también hará que nuestro cuerpo y mente se sientan mejor. Y eso es algo que se notará directamente en el rendimiento. En este sentido, existen algunos alimentos recomendados para la dieta de un opositor:
Por otra parte, al igual que hay ciertos alimentos que resultan positivos, hay otros que deberíamos evitar antes de estudiar. En este sentido, las recomendaciones dicen que los siguientes productos pueden ser perjudiciales para el estudio:
Además de lo repasado hasta ahora, también es importante saber que la alimentación puede jugar un papel clave durante el día del examen. Nadie quiere sentirse mal del estómago justo antes de entrar a examinarse, ni quedarse sin energía en mitad de la prueba. En este sentido, la mayoría de oposiciones fijan sus exámenes a primera ora de la mañana, por lo que únicamente tendríamos que preocuparnos del desayuno. Aunque los nervios te hagan creer que no tienes hambre, deberías comer algo para afrontar el examen con la suficiente energía.
La mejor recomendación en este aspecto pasa por continuar con nuestra rutina de desayuno habitual, como si fuera un día más. De este modo, nuestro estómago tendrá que hacer una digestión a la que ya está acostumbrada. Procura que no sea un desayuno demasiado pesado y, si es posible, repite tu menú habitual de los días de estudio.