Todos los años por estas fechas, las familias con hijos en edad de escolarización se han debido enfrentar al problema de buscar un centro educativo para el siguiente curso escolar. Debido a la fuerte demanda que tienen algunos centros, los organismos tienen que baremar en función de las características familiares. Una de las características a baremar es la localización de la vivienda. En nuestra comunidad autónoma, por ejemplo, la Junta de Andalucía ha establecido unas zonas o áreas de influencia para cada centro educativo.
Utilizando técnicas geoestadísticas, los investigadores de la Universidad de Granada (UGR) Jorge Chica Olmo, Carlos Rodríguez-López y Palma Chillón han obtenido las zonas de influencia de algunos centros escolares, las cuales vienen determinadas por la decisión de ir al centro escolar andando.
Esta decisión se ha considerado que depende de la distancia entre la vivienda y el centro escolar. Pero, como indica el autor principal, Jorge Chica Olmo,investigador del departamento de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa de la UGR, “también influyen otros factores del entorno y el posible ‘contagio’ espacial entre las familias”. Esto último significa que familias que viven próximas en el espacio tienden a tomar decisiones parecidas.
Además, los autores de este trabajo consideran que “uno de los aspectos considerados para determinar las zonas de influencia de un colegio es la distancia al centro educativo. Este aspecto es fundamental para los individuos a la hora de decidir si ir al centro educativo andando o utilizar algún medio de transporte motorizado”. Por otro lado, afirman que “incentivar a los hijos a ir a los centros educativos andando tiene evidentes ventajas medioambientales y sobre la salud integral de los mismos y los familiares que los acompañan”.