En el estudio, el tiempo dedicado a trabajar el temario es uno de los factores clave para conseguir buenos resultados. Sin embargo, no siempre se logran mejores calificaciones simplemente dedicando más y más tiempo. A veces resulta mejor ser eficiente y estudiar menos que dedicar muchas horas en las que el rendimiento sea bajo.
Sucede con prácticamente cualquier actividad: trabajo, entrenamiento físico y también en el estudio. Lograr una buena eficiencia permite alcanzar de manera más fácil los resultados deseados en un periodo de tiempo mejor. Dicho de otro modo, aprovechar al máximo al tiempo dedicado a la tarea en cuestión para conseguir un buen rendimiento. Porque en actividades como el estudio resulta más beneficioso planificar sesiones eficientes, aunque sean más cortas, que largas jornadas de estudio llenas de distracciones y bajo rendimiento.
¿Y cómo se consigue ser eficiente y aprovechar el tiempo? Pues básicamente mediante organización, que es el factor clave en este sentido para que las sesiones de estudio sean provechosas. Por ello, es muy importante aprender a gestionar el tiempo de estudio, algo que será más fácil de hacer con los consejos que hemos recopilado.
El primer consejo tiene que ver con la organización de nuestras sesiones de estudio. Para ello, es aconsejable contar con un calendario en el que marquemos qué estudiar cada día, el tiempo durante el que debemos hacerlo y los objetivos semanales a cumplir. De este modo, cada día tendremos claro qué hacer y trabajaremos con organización, lo que nos facilitará todo.
También es importante acostumbrar a nuestro cerebro a estudiar. Para ello, además de fijar un mismo horario cada día si es posible, es buena idea fijar un lugar en el que estudiar siempre. Así nos resultará más fácil concentrarnos y todo fluirá mejor. Debemos procurar que ese sitio sea propicio para el estudio, estando alejado de ruidos y posibles distracciones.
Intenta, a la hora de planificarte, ser realista con tu plan de estudio. Debes tener en cuenta todo: el tiempo que tienes disponible cada día, los imprevistos que puedan surgir, otras actividades que tengas pendientes… Si solo puedes estudiar un par de horas un día debes tenerlo claro, al igual que si hay otro en el que puedas estudiar tanto como quieras. De este modo podrás planificar un plan 100% personalizado para ti.
La organización es importante, lo hemos comentado antes, pero también debes ser consciente de que necesitarás dejar lugar a la flexibilidad. A lo largo del día surgen cambios y urgencias, lo que en más de una ocasión echará toda nuestra organización por tierra. Por ello, debemos ser capaces de sobreponernos a estas situaciones y adaptar nuestro plan de estudio a posibles cambios.
Lo hemos comentado anteriormente al hablar del lugar en el que estudiemos: hay que evitar las distracciones. Nos roban tiempo y concentración, lo que las convierte en nuestro mayor enemigo. Evita estudiar en lugares en los que transite mucha gente y deja a un lado el teléfono e internet.