Hace algunas semanas los estudiantes de Bachillerato de toda España hicieron frente a los exámenes de selectividad y ahora disfrutan de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, antes de que comience el próximo curso deberán tomar una decisión muy importante: qué estudiar.
Más allá de notas de corte y número de personas que aspiran a entrar en una carrera concreta de la universidad, uno de los aspectos más importantes al elegir qué Grado cursar tiene que ver con la empleabilidad del mismo. Y es que, mientras hay estudios universitarios que prácticamente no cuentan con ofertas de trabajo al finalizarlos, existen otros en los que sucede todo lo contrario.
Por norma general las carreras más demandas, y que más nota exigen por consecuencia, son las que mejores opciones laborales suelen ofrecer. Pero también hay algunos casos de carreras universitarias a las que prácticamente nadie quiere acceder a pesar de que aseguran conseguir un puesto de trabajo nada más terminarlas.
Este es el caso de la Ingeniería Agraria, una nota que solo requiere un 5 en selectividad y que cuenta con muchísimas opciones laborales. Aunque lo cierto es que eso no ha propiciado que su popularidad aumente y más estudiantes la cursen, algo que ocurre por el desconocimiento sobre sus salidas profesionales, según señalan los expertos.
Estas salidas son muy variadas y dependen de sus tres ramas de especialización: ingeniería de recursos hídricos, construcciones rurales y mecanización agrícola. Y entre sus funciones encontramos la gestión de producción de alimentos, el desarrollo sostenible y la evaluación y valoración del estado de la tierra, entre muchas otras.