Llegadas estas fechas, todos los alumnos españoles han dado ya comienzo al nuevo curso 2021-22. Entre ellos, también los más pequeños de la casa, que vuelven a ponerse delante de los libros para seguir aprendiendo. Y, en este sentido, la concentración juega un papel clave para conseguir un rendimiento mayor.
La mayoría de niños y niñas suelen tener una misma cosa en común, sobre todo si nos referimos al tiempo de estudio o al que pasan en el colegio: se distraen con relativa facilidad. Y es que, para que vamos a engañarnos, a la mayoría nunca nos ha gustado demasiado tener que hacer deberes o estudiar. Sobre todo si la otra opción era jugar, estar con los demás alumnos y hacer actividades extraescolares.
Esta es una de las batallas más duras que deben afrontar todos los padres y madres durante prácticamente todo el curso. Porque lo cierto es que, de cara a su proceso de formación, resulta clave que sean capaces de concentrarse y dedicar tiempo al estudio para progresar. Y, para que esto suceda, la capacidad de concentración juega un papel fundamental. Así que para hacerlo más fácil, hemos recopilado una serie de consejos para que el estudio sea más llevadero y, sobre todo, lleguen mejor preparados a las posteriores etapas formativas.
El primer consejo que vamos a dar en este sentido tiene que ver con la necesidad de crear hábitos de estudio desde pronto. A casi ningún niño le gusta estudiar, pero si desde pequeños les ayudamos a crear ciertas rutinas todo será mucho más sencillo. ¿Cómo hacerlo? Estableciendo un espacio en el que puedan trabajar tranquilos y una franja horaria que siempre dediquen a estas actividades.
La capacidad de concentración es fundamental para el éxito académico. Sin embargo, esta no solo se mejora únicamente estudiando. Existen ciertos juegos que pueden ayudarnos a desarrollar a los más pequeños de la casa en estos términos. Desde realizar puzzles y rompecabezas a jugar con laberintos o hacer dibujos y pintarlos. Se divertirán y ejercitarán su concentración sin darse cuenta.
Puede que pienses que estar un rato frente a los libros o realizar los deberes es una actividad que requiere de poco esfuerzo. Sin embargo, para los pequeños es algo que puede ser bastante más complicado. Por ello, ofrecer refuerzos positivos y mostrar alegría y apoyo cuando hacen este tipo de actividades es muy positivo. Será el mejor combustible para fomentar sus ganas de estudiar.
En muchas ocasiones se comete un gran error: no dejar prácticamente tiempo libre a los niños. Colegio, actividades extraescolares, inglés, deporte… Y lo cierto es que, sobre todo justo después de la vuelta al cole, también necesitarán un tiempo para adaptarse. Si saturamos su agenda de actividades lo normal es que su rendimiento se pueda ver afectado por ello. Así que no olvides dejarle tiempo para que haga lo que más le gusta también.
Ya hemos dicho que crear hábitos de estudio será muy beneficioso a medio y largo plazo para los más pequeños de la casa. En este sentido, que sepan la importancia de trabajar en silencio resulta clave. Para ello debemos permitir que mientras estudian no haya muchos ruidos cerca. Así como evitar que se pasen todo el rato hablando al realizar estas actividades. El silencio es muy importante a la hora de estudiar.