El software de gestión de la formación (TMS Training Management System) se ha convertido en una herramienta imprescindible para optimizar los cursos de capacitación profesional
Aunque la formación tenga un importante coste económico y de tiempo, los beneficios a corto y largo plazo son enormes para los empleados y las empresas, al tratarse de una inversión que repercute positivamente en su mayor crecimiento y en el desarrollo de todas las potencialidades de los trabajadores. En un mercado tan competitivo como el nuestro, en el que las empresas buscan la eficiencia, la productividad y alcanzar los mejores resultados, resulta imprescindible reciclarse continuamente en cuanto a formación y adquirir nuevas habilidades. De esta manera, el capital humano también multiplica sus beneficios ya que la formación conlleva una mejor productividad y eficiencia, la atracción y retención del talento y el desarrollo de las competencias de los empleados.
Gestionar ese talento y la capacidad de trabajo de los distintos equipos a los que pertenecen no es una tarea sencilla, precisamente, y hay que encauzarlos a través de sus perfiles y necesidades profesionales específicas. Ofrecer un catálogo de cursos, en base a los objetivos de la empresa, e impulsar el rendimiento de la plantilla requiere de una gestión centralizada desde el propio departamento de RRHH pero, sobre todo, de una herramienta tecnológica imprescindible mediante la cual se automatizan todos los procesos: el software de gestión de la formación (TMS Training Management System). Gracias a ella se logra unificar y simplificar todo el volumen de trabajo, se agilizan todas las comunicaciones entre el departamento de RRHH, los formadores, empleados y directivos y se saca el máximo rendimiento al presupuesto invertido cada año en formación.
Lo primero que cabe preguntarse es ¿Qué es un software de gestión de la formación?. Se trata de un software de capacitación de personal con el que se evitan demoras innecesarias en las solicitudes, consultas y aprobaciones de los cursos, así como las continuas comunicaciones con los managers. El seguimiento de los progresos de los alumnos, a través de la realización de estos cursos, también se optimiza y su aprovechamiento queda reflejado en informes detallados. Con ello, no sólo se evita la fuga de talento sino que se atrae, se retiene y se desarrolla al máximo.
Mejorar la productividad y la eficiencia de la plantilla hace recomendable la realización de cursos conducidos por profesores expertos a través de planes de formación diseñados por la propia empresa. De esta manera, se ofrece un catálogo de cursos de obligado cumplimiento, junto a otros libremente elegidos por los trabajadores, en base a sus necesidades estratégicas porque de lo que se trata es que la plantilla siempre esté actualizada y pueda desarrollar plenamente sus capacidades profesionales.
Estar al día de las últimas novedades en los distintos departamentos de la empresa, diseñar un plan de formación para los distintos equipos y cumplir la normativa vigente requiere de un alto compromiso y de importantes inversiones desde el punto de vista financiero para poder desarrollarlos. Por ello, controlar el aprovechamiento de los cursos que realizan los alumnos, su participación en ellos, acceder a sus notas y asistencias se hace también indispensable para rentabilizar esfuerzos y plantearse inversiones futuras a la hora de hacer cuentas. Con cada curso, planificado por la empresa dentro de su calendario (con temarios, objetivos, materiales y recursos específicos), los trabajadores tienen la posibilidad de demostrar aún más su talento, valorar sus notas medias y acceder a los certificados de aprovechamiento, que les darán la posibilidad de acumular méritos de cara a un futuro. En unos casos los cursos pueden ayudarles a refrescar antiguos conocimientos, en otros a adaptarse a nuevos retos y funciones, cuando se incorporan a una empresa, o bien potenciar su carrera a través de nuevos conocimientos ligados a su perfil profesional.