Al estudiar, ya sea para un examen de la universidad, el instituto o unas oposiciones, utilizar técnicas de estudio puede ayudarnos a aumentar nuestro rendimiento. Una de las más repetidas, al igual que las fichas y los esquemas, consiste en el subrayado. Sin embargo, pese a su aparente sencillez puede ser muy efectiva.
Estudiar sin aplicar técnicas ni contar con organización es como entrenar para una maratón sin material deportivo ni un plan de ejercicios. Y, cuando hablamos de la preparación de pruebas extensas y de gran dificultad, como los exámenes de las oposiciones, cualquier ayuda extra debería ser bien recibida. Porque, ya que tenemos que estudiar, mejor sacar el máximo rendimiento posible a nuestro tiempo.
Una de las técnicas más sencillas que nos pueden ayudar a obtener mejores resultados es la del subrayado. Se trata de una técnica de fácil aplicación que, si conseguimos darle una pequeña vuelta de tuerca puede hacer que nuestras sesiones frente al temario sean mucho más llevaderas. Todo el mundo sabe en qué consiste el subrayado: remarcar una idea o definición concreta para resaltar su importancia sobre el resto. Sin embargo, si añadimos colores a este método, podremos conseguir unos resultados increíbles.
Cuando hablamos de subrayar, lo más habitual es que la gente se piense que se trata de algo para etapas de instituto y que únicamente consiste en resaltar datos con un único color. Pero si podemos utilizar más de uno, optimizaremos nuestro estudio de forma fácil. Y como no es lo mismo que subrayar con un único color, vamos a repasar los aspectos clave de esta técnica: