Al igual que sucede en otros ámbitos, a la hora de estudiar las sesiones de trabajo no siempre deben ser exactamente iguales. Lo ideal es que nuestros métodos de preparación sean diferentes en función a lo que tengamos que hacer frente. De modo que el estudio no puede ser igual si vamos a afrontar un examen tipo test o uno de desarrollo.
Cuando hablamos de estudiar a la mayoría siempre le viene lo mismo a la cabeza: hacer resúmenes y esquemas, leer el temario muchas veces, repasar, hacer fichas, volver a leer los temas… Y, mientras tanto, aplicar algunas técnicas de estudio que permitan conseguir unos resultados mejores. Sin embargo, aunque a la hora de estudiar siempre nos venga una misma forma a la cabeza, lo cierto es que lo ideal es adaptar nuestra forma de estudiar en función de la prueba a la que tengamos que hacer frente.
Porque no tiene mucho sentido estudiar un examen tipo test como si fuera uno de desarrollo. Ni tampoco preparar unas pruebas físicas como si se tratara de un ejercicio psicotécnico. Por este motivo hoy vamos a centrarnos en un tipo de prueba concreta: los exámenes tipo test. ¿Cómo sería la mejor manera de prepararnos para hacerles frente?
Pensar que el esfuerzo a realizar para conseguir la mejor nota en este tipo de exámenes es menor suele ser un error bastante común. No te equivoques, tendrás que estudiar como para cualquier otro examen. Sin embargo, es aconsejable estudiar por áreas y temas que guarden relación para hacerlo todo más fácil. En este sentido, la organización resulta clave.
A la hora de estudiar los resúmenes son unos grandes aliados, sobre todo cuando hacemos frente a grandes temarios. Sin embargo, cuando hablamos de un examen tipo test los resúmenes pierden algo de fuerza. Eso es así debido a que eliminar algún concepto o parte del tema puede ser fatal si luego la pregunta trata sobre ella. Por este motivo es aconsejable utilizar fichas o esquemas para fijar conceptos en vez de resúmenes.
Cuantos más test hagas, mejor. Tal y como sucede con el examen teórico del coche, que la mejor preparación consiste, además de en estudiarse el temario, en realizar el máximo número de test posibles. Así que siempre que puedas pon a prueba tus conocimientos mediante un simulacro de examen.
Normalmente los exámenes tipo test cuentan con muchísimas preguntas más que los de desarrollo. Y esto nos lleva a otro punto fundamental: la gestión del tiempo. El tiempo suele ser escaso en este tipo de pruebas, dejando a penas uno o varios minutos para cada una de las preguntas. Por ello tener en cuenta el cronómetro en todo tiempo resulta fundamental aquí. Si hemos practicado mucho también iremos más rápido, lo que nos dejará más tiempo para repasar lo que hemos contestado.
En el examen habrá preguntas que no tengamos seguridad de cuál es la respuesta correcta. Lo aconsejable es realizar una primera pasada contestado solo las que sabemos seguro y una vez hayamos terminado seguir con las demás.