Conseguir una plaza en una oferta de empleo pública es una tarea complicada. Muchas horas de estudio, sacrificios y un gran esfuerzo para superar a una competencia cada vez mayor. Algo que se complica si se tiene que compaginar la preparación de las oposiciones con un trabajo.
El número de personas que se preparan oposiciones como vía para encontrar un trabajo estable y con buenas condiciones es cada vez mayor. Y es que, con la inestabilidad del sector privado, se trata de una forma perfecta de hacerse con un empleo para toda la vida. Existen oposiciones de muchos ámbitos diferentes: justicia, medicina, administrativas… Todas ellas con una misma cosa en común, la dificultad creciente para conseguir una plaza. No porque los exámenes sean más duros, sino porque el número de postulantes aumenta en cada convocatoria.
Esto propicia que se conviertan en una competición en la que hasta el más mínimo de los detalles puede significar la diferencia entre conseguir una plaza o no. Y es por ello que muchas personas que opositan deciden dejarlo todo y dedicarse al 100% a su preparación. Mientras que hay otras que, por obligación, deben compaginar todo ese esfuerzo con un empleo. Pero… ¿Es posible conseguir una plaza en una oposición si estamos trabajando? Sí, pero con una dosis extra de organización y esfuerzo.
La respuesta a la pregunta de si es posible preparar unas oposiciones y trabajar a la vez es clara: sí. Aunque debemos comprender que no se trata de un camino sencillo, más bien todo lo contrario. El principal hándicap aquí será el tiempo que podremos dedicar al estudio, que será limitado en comparación con quienes no trabajen. Sin embargo, con constancia y organización es posible alcanzar el objetivo de hacerse con una plaza.
Este punto es el más importante. De hecho, si ya es algo relevante en la preparación de una persona que no trabaja, en el caso de quienes compaginan empleo y oposiciones lo es todavía más. Debemos tener todo controlado al milímetro, desde el tiempo que estudiaremos cada día hasta la parte de temario a trabajar cada semana. Así contaremos con un plan personalizado y sabremos qué hacer durante cada minuto de nuestro limitado tiempo.
La constancia también resulta clave, ya que no podemos permitirnos relajarnos más de lo necesario. En este sentido, resulta imprescindible no dejar para mañana lo que podamos hacer hoy, ya que difícilmente tengamos tiempo para recuperar lo perdido. Eso sí, es importante no caer en agobios y tener claro que se trata de un proceso a largo plazo.
A la hora de planificar todas nuestras sesiones de estudio debemos ser realistas con nuestras posibilidades. De nada sirve que hagamos un plan de trabajo que luego no podemos seguir por falta de tiempo. Aunque dispongas de menos horas que los demás, piensa que la saturación no es buena y recuerda que debes planificar también descanso para desconectar entre jornadas de estudio.
Como nuestro tiempo es menor, podemos intentar aprovechar otras herramientas que nos ayuden a recuperar el terreno perdido. Una de ellas consiste en recurrir a una academia especializada en oposiciones, lo que nos serviría para tener algunas facilidades como acceso al temario. La tecnología también puede ser un gran aliado. Por ejemplo, si tenemos nuestros resúmenes en la nube podremos echarles un ojo en los momentos libres que tengamos durante la jornada de trabajo, después de comer o cuando vayamos en el autobús.