Apostar por la transformación digital es hacerlo por ofrecer un futuro mejor a tu empresa o negocio. Y en este sentido implantar metodologías ágiles puede ayudarte a conseguir más calidad a menor coste.
Durante los últimos años la sociedad ha cambiado mucho. Las innovaciones de la tecnología ha modificado nuestro comportamiento y hábitos del día a día, por lo que adaptarse a esta constante evolución resulta clave para tener éxito en la actualidad. Algo a tener en cuenta sobre todo si hablamos de un negocio o empresa, ya que no amoldarse a los nuevos tiempos puede conllevar consecuencias fatales que le impidan sobrevivir en el mercado.
Para que esto no suceda resulta imprescindible apostar por la transformación digital y, en este sentido, las metodologías ágiles juegan un papel protagonista. Estas metodologías son, en definición, las que nos permiten adaptar nuestra forma de trabajar a un proyecto concreto. Esto permite ofrecer más flexibilidad e inmediatez, así como un proyecto ideado en exclusiva para las condiciones específicas que necesitemos.
De este modo, las empresas o negocios que se deciden a implementar este tipo de metodología consiguen ser más eficaces aumentando de manera notoria su productividad y reduciendo costes al mínimo. En definitiva, consiste en cambiar el modelo de producción de una empresa para adaptarse a las demandas del mercado y poder ofrecer la opción más competitiva y de calidad.
Ya sabes lo que son las metodologías ágiles aunque lo más probable es que no tengas del todo claro lo que debes hacer para poder utilizarlas en tu trabajo. Para ello debes contar con un software que te permita implantar este modelo en tu empresa. Las más utilizadas a día de hoy son tres: Extreme Programming XP, Scrum y Kanban.
Esta es la primera herramienta que os daremos a conocer. Se trata de Extreme Programming XP, un software ideal para empresas que todavía no se han consolidado o que acaban de nacer como startups. El principal objetivo de este software es el de mejorar relaciones entre empleados y clientes, algo que logra mediante el fomento de la comunicación y potenciando las relaciones personales.
Otra opción muy utilizada a día de hoy es Scrum, que se basa en un desarrollo incremental. En este caso propone una metodología colaborativa que divide el trabajo en ciclos temporales. Estas etapas son las de análisis, desarrollo y testing. Los aspectos más destacados en este caso tienen que ver con la innovación, competitividad, flexibilidad y productividad.
Otro sistema de gestión de trabajo de este tipo es Kanban, que tiene por objetivo mejorar la eficiencia y productividad del equipo. Para lograrlo se elabora un cuadro en el que se divide el trabajo en tres columnas de tareas: pendientes, en proceso y finalizadas. El cuadro debe estar a la vista de todos los miembros del equipo de trabajo para evitar que se repitan tareas o se olvide alguna de las planificadas.