Cada vez vivimos en un mundo más competitivo. La necesidad de trabajar en ambientes internacionales y equipos multidisciplinares se hace cada día más necesaria.

Todo esto implica demandas elevadas en los trabajadores y por tanto potentes efectos psicológicos sobre ellos, que sumados a dicha necesidad de trabajo en equipo, requiere una gestión de las relaciones entre estos así como de su bienestar psicológico.

 

Es fundamental hacer que los empleados se sientan cómodos en la empresa, tanto de forma individual como con sus compañeros, haciendo que los equipos de trabajo sean lo más eficientes posibles y reduciendo al mínimo los conflictos.

 

Para ello, es fundamental saber qué personas encajarán mejor en un puesto. Para ello, es necesario conocer sus habilidades, personalidad, estilos de comunicación y por supuesto, al resto del equipo con el que trabajará.

En todo este entramado es donde entra el papel de los Recursos humanos. Estos son considerados la parte más importante de la empresa, pues es la gasolina de ella. Entre sus principales funciones, como hemos visto, deben encargarse del bienestar de los empleados, elegir el personal adecuado y gestionar las relaciones entre los equipos de trabajo para garantizar su bienestar y por lo tanto, productividad.

 

Normalmente se asocia el trabajo duro y estar infinidad de horas en el puesto con mejores resultados. Esta creencia es ampliamente compartida por empresas y la sociedad en general, pero lo cierto es que es falsa.

 

Trabajar menos horas pero de calidad mejorará el bienestar psicológico de los empleados y con ello su produc-tividad y los resultados de la empresa.