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Trabajo público y empresa privada: ventajas e inconvenientes

Alberto Flores

Para encontrar un trabajo, lo normal es recurrir a dos vías: la pública y la privada. Sin embargo, muchas personas desconocen las ventajas de cada una de ellas y lo que pueden ofrecer. Así que te contamos todo lo que necesitas saber de estos dos tipos de empleo.

Para encontrar el trabajo perfecto hay que tener en cuenta muchos detalles. Cada persona es un mundo, por lo que para cada profesional el empleo soñado será diferente. Vocación, salario, desarrollo, condiciones, estabilidad… Son algunos de los factores que entran en juego. En este sentido, los hay que prefieren decantarse por trabajar para la Administración Pública y los que, por contra, prefieren decantarse por el sector privado.

¿Cuáles son las principales diferencias entre las dos opciones?

En definición, el empleo público es aquel que ha generado el Estado. Mientras que en el lado contrario está el empleo privado, en el que el empleador es una empresa o entidad que no es de carácter público. Dicho de otro modo y para que sea más sencillo de comprender, los empleos púbicos son aquellos en los que se depende directamente de la Administración Pública. Y a ellos, en la mayoría de los casos, se suele acceder a través de una oposición.

En el caso de los trabajos privados, son todos los demás. Aquellos en los que el que proporciona un trabajo es una empresa de carácter privado y existe una relación contractual entre el profesional y el empleador. Pero para conocer que opción es mejor para cada caso, si no se tiene claro por qué rama decantarse, vamos a repasar los principales puntos fuertes y débiles de cada uno.

Ventajas e inconvenientes del trabajo público

Si centramos la mirada en los empleos a los que se accede a través de una oposición, los de las diferentes Administraciones Públicas, cuentan con muchas ventajas. Las principales están relacionadas con la estabilidad, las condiciones y los horarios.

  • Estabilidad: encontrar un trabajo de este tipo equivale, en la mayoría de casos, a dar con un empleo para toda la vida.
  • Condiciones: las condiciones son inmejorables en cuanto a beneficios laborales, días de vacaciones, asuntos propios o pagas extra. Todo será conforme la ley, sin trampas.
  • Horarios: los horarios suelen ser mucho más atractivos que los del sector privado. Suelen ser fijos y permiten una mayor conciliación familiar.

Sin embargo, no todo iba a ser positivo. Las posibilidades laborales del sector público son mucho menos numerosas con respecto al privado. Y dependiendo del tipo de funcionario que se trate la situación laboral puede ser muy diferente. Las opciones de desarrollo, ascensos y aumentos de salario también son más reducidas aquí.

Ventajas e inconvenientes del trabajo privado

En el caso del sector privado, una de las ventajas más claras que ofrece es que las posibilidades laborales son mucho mayores. Más empresas y más trabajos, lo que se traduce en más opciones. Además, es posible encontrar más vías de desarrollo y de salarios más altos.

  • Más opciones: las plazas de empleo púbico son limitadas. Mientras que en el privado las opciones son mucho mayores.
  • Salarios: aunque no ofrezcan la estabilidad del sector público, los sueldos más altos suelen concentrarse aquí. Aunque esto no es equitativo para todos los trabajos.
  • Desarrollo: encontrar un trabajo vocacional es más sencillo, así como las opciones de conseguir desarrollarse como profesional. Crecer, promocionar y lograr ascensos suele ser más sencillo aquí.

Pero como sucede con el empleo público, no todo es bueno en el sector privado. Cuando hay momentos de recesión en la economía, el sector privado lo sufre mucho más. La estabilidad de estos empleos es mucho menor y, en algunas ocasiones, las condiciones laborales dejan bastante que desear.