La manera de estudiar un examen está directamente relacionada con los resultados que obtendremos. Y es que, una buena preparación resulta clave para conseguir una nota excelente. Sin embargo, no todas estas pruebas deben prepararse igual.
Todos sabemos lo que implica tener que preparar un examen: hincar codos, hacer resúmenes, comprender el temario, repasar, hacer esquemas… Existen una gran cantidad de técnicas de estudio apropiadas para maximizar nuestro rendimiento. Pero, dependiendo del tipo de examen al que nos enfrentemos, nuestra preparación debe ser de una forma u otra. Y es que no tiene nada que ver la forma de preparar de una prueba tipo test que un examen tradicional.
Como acabamos de comentar, prepara un examen tipo test requiere de una forma diferente de enfocar nuestras sesiones de estudio. A diferencia de otras pruebas, los exámenes de tipo test nos plantean una pregunta y nos ofrecen una serie de posibles respuestas, por norma general tres opciones. Suelen contar con un mayor número de preguntas y el tiempo para completarlo es limitado. Pero… ¿Cómo preparar estas pruebas? Te ofrecemos algunos consejos.
Como sucede con la preparación de cualquier otro examen, para preparar un tipo test resulta imprescindible estudiar al máximo. En este punto no hay trucos: tendrás que estar frente al temario una gran cantidad de horas si quieres conseguir los mejores resultados posibles. Lo que si que puedes hacer es estudiar por áreas o temas para que así te resulta algo más llevadero.
Los resúmenes para un examen de tipo test no son tan efectivos como si lo resultan para uno tradicional. En este sentido, dejaros algún concepto de lado o alguna parte del tema sin reflejar en nuestros apuntes puede ser fatal. Es mejor realizar esquemas a modo de boceto con los datos necesarios para fijar conceptos.
Para estos test resulta fundamental realizar pruebas mientras estamos estudiando el temario. De este modo estaremos acostumbrados al formato al que tendremos que hacer frente y nos será más fácil completar la prueba.
Aunque creas que tienes una parte del temario completamente bajo control, no caigas en el error de no repasar una y otra vez todos los temas sobre los que te vas a examinar. Es lógico que centres tus esfuerzos en las partes más difíciles y costosas pero intenta no dejar de lado lo que consideras que ya tienes bajo control.
Controlar el tiempo que gastamos en responder cada pregunta también es clave aquí. Es posible que cuentes con poco tiempo para dar tus respuestas a un número elevado de preguntas y debes estar acostumbrado a pensar rápido para no bloquearte ni dejarte preguntas sin responder.
Una técnica bastante efectiva es utilizar el método de la eliminación. Este método consiste en tachar las respuestas que sepas que son incorrectas para poder centrarte en las demás, algo que te ayudará en caso de que no tengas del todo claro cuál es la respuesta correcta.