El estudio no debe afrontarse siempre de la misma manera. Aunque normalmente siempre estudiamos igual, nuestros métodos deberían ser diferentes en función del tipo de examen al que tengamos que hacer frente. Como sucede con los exámenes tipo test, para los que si queremos lograr la máxima efectividad debemos cambiar algunos hábitos de nuestra preparación.
Si hablamos de estudiar a todos nos viene a la mente lo mismo: hacer resúmenes, leer el temario una y otra vez, repasar, realizar esquemas, volver a leer todo… Todo ello mientras utilizamos algunas técnicas de estudio para ser más efectivos como el subrayado a colores o la realización de fichas. Sin embargo, aunque siempre actuemos de la misma manera, resulta aconsejable adaptar nuestra manera de estudiar al tipo de prueba al que debemos hacer frente.
¿Por qué estudiar para un examen tipo test como si fuera uno de desarrollo? No tiene mucho sentido. Sería como entrenar para correr una prueba de resistencia cuando el examen consiste en una de velocidad. Así que para que no caer en errores típicos a la hora de preparar estas pruebas, hoy vamos a ofreceros algunos consejos para preparar exámenes tipo test.
Como hemos comentado antes, la preparación de una prueba de este tipo debe ser diferente a la de cualquier otro examen. Es decir, aquí no nos pedirán que desarrollemos un tema, sino que nos ofrecerán cuatro opciones entre las que elegir una respuesta correcta. Y esto no es lo único que cambia en estos exámenes, ya que suelen contar con muchísimas más preguntas y nuestra velocidad de respuesta puede ser un factor clave. Así que consideramos imprescindible tener en cuenta los siguientes factores.
No pienses que el esfuerzo y dedicación para estos exámenes es menor porque no es así. Tendrás que estudiar como para cualquier otra prueba, no hay trucos. Sin embargo suele ser aconsejable estudiar por áreas o temas relacionados para intentar que todo sea más llevadero. Es aconsejable tomarlo con calma y contar con una buena organización.
Los resúmenes suelen ser unos grandes aliados para estudiar. Sin embargo, para los exámenes tipo test no son tan válidos. Esto se debe a que suprimir algún concepto o parte del tema puede ser fatal porque sea justo la que entre en una pregunta del test. En vez de resúmenes, es aconsejable utilizar fichas o esquemas con los datos de importancia para que nos ayuden a fijar conceptos.
Al igual que sucede con el examen teórico de coche, los simulacros de examen son fundamentales en nuestra preparación. Cuantos más test hagamos, mejor. Nos servirá para saber el tipo de preguntas a las que tendremos que hacer frente y para medir nuestros avances de una forma fiable.
Cualquier pequeño detalle es importante en una pregunta tipo test, por lo que conviene tener todo bajo control. Esto quiere decir que no podremos parar de repasar hasta el examen, por mucho que creamos que tenemos controlada una parte del temario. Aunque centremos los esfuerzos en las partes que nos resulten más difíciles, no debemos dejar de lado las que ya dominemos.
Llegado el momento de la verdad, tendremos que responder en un periodo de tiempo no demasiado grande a una gran cantidad de preguntas. Y aquí la gestión del tiempo es muy importante. Si hemos practicado con muchos test nos será más fácil pensar rápido y no bloquearnos ni dejar preguntas sin contestar.
En el examen habrá preguntas que no tengamos seguridad de cuál es la respuesta correcta. Lo aconsejable es realizar una primera pasada contestado solo las que sabemos seguro y una vez hayamos terminado seguir con las demás. Utilizar el método de la eliminación puede ayudarnos: consiste en dejar a un lado las respuestas que sepamos que son incorrectas para saber de manera más fácil cuál es la opción correcta.