En más de una ocasión hemos hablado de las oposiciones, que están de moda durante los últimos años debido a que ofrecen trabajos estables para toda la vida. Sin embargo, existen diferentes tipos de oposición, como las que no tienen concurso. ¿Sabes lo que son?
Es posible que tras finalizar tus estudios, incluso antes, hayas pensado hacia qué lugar dirigir tu futuro profesional. Y en este sentido, al igual que cada vez más españoles, es muy probable que te decidas por preparar una oposición. Una manera perfecta para conseguir un trabajo estable y para toda la vida en plena crisis mundial por el coronavirus. Algo que en el ámbito privado sería imposible de lograr.
Sin embargo, existen diferentes tipos de oposiciones. Y, antes de decantarte por una que preparar, deberías tener en cuenta cómo es cada tipo y sus diferencias. Por ejemplo, existen oposiciones con concurso, en las que se pueden aportar méritos para subir la nota, y el caso contrario: las oposiciones sin concurso o libres.
Este tipo de oposiciones, denominadas como sin concurso o libres, son las que únicamente se componen de un proceso selectivo en el que lo que se valorará será la nota de las diferentes pruebas. Nada más. Esto quiere decir que competiremos en plena igualdad con todas las personas que se presenten y cumplan los requisitos para participar en este proceso de selección. No habrá más opciones para añadir puntos a nuestra calificación que las pruebas en sí mismas.
Todos los postulantes lucharán en un único proceso en el que no se valorarán otros méritos para añadir puntos. Así, a diferencia de otras oposiciones, los cursos homologados o la experiencia no serán valorados. Lo que determinará quién consigue una plaza o quién no será única y exclusivamente la nota de cada una de las pruebas a las que se tendrá que hacer frente. Este tipo de oposiciones son menos habituales y se reducen principalmente a plazas de Auxiliar Administrativo.
Frente a estas oposiciones libres o sin concurso nos encontramos las que son de tipo concurso oposición. La gran diferencia entre estos dos tipos de oposiciones reside en que, mientras las libres no disponen de herramientas para aumentar la nota, en las de concurso sí que es posible. Los procesos selectivos para la Administración Pública con concurso suelen ser más habituales.
Como hemos comentado, la principal diferencia está relacionada con los méritos a aportar. En el caso de las oposiciones que sí poseen concurso, es posible aumentar nuestra nota aportando una serie de formación extra como cursos homologados, títulos oficiales de idiomas, experiencia laboral, contar con un buen expediente a nivel académico o poseer estudios superiores, entre otros aspectos.
Una vez sabes qué tipos de oposiciones puedes elegir en función de si se pueden aportar méritos para subir la nota o no, podrás tomar una decisión de forma más clara. Nuestro consejo es que te decantes, antes de por el tipo de proceso selectivo, por si te gusta la materia a preparar o no. Esto se debe a que pasarás bastante tiempo durante tu preparación y, en ese sentido, contar con motivación será más importante para afrontarlas con éxito que cualquier otro aspecto.