Al afrontar la preparación de unas oposiciones existen muchas posibilidades por las que optar: ir a una academia, recurrir a un profesor particular, optar por una preparación en grupo… Además de elegir prepararlas en solitario por libre.
Todo el mundo que opta por estudiar unas oposiciones suele preguntarse lo mismo: ¿cómo debería proceder con mi preparación? ¿es mejor ir a una academia o estudio por mi cuenta? Y lo cierto es que son preguntas que, para dar con la respuesta correcta, dependen de la persona de la que se trate. Lo cierto es que, en el caso de que sea la primera vez que te presentas, suele ser bastante más complicado la preparación por libre. Pero eso no significa que sea algo imposible.
Nuestro consejo en este sentido es optar por la ayuda de una academia o preparador de oposiciones que te pueda guiar en todo el proceso previo al examen. Aunque es cierto que si ya llevas bastante tiempo preparándote es posible que tengas todo bajo control y te resulte más cómodo estudiar por tu cuenta. Sea como fuere, si has decidido preparar tu oposición sin ayuda vamos a ofrecerte algunas claves para que te resulte más sencillo.
Lo primero que debes hacer antes de comenzar es reunir todo el material que necesitarás para tus sesiones de estudio. En las oposiciones no existen libros como tales, sino que lo que hay es un temario especificado en las bases de la convocatoria. Y es a partir de él desde donde deberías desarrollar todo el contenido a preparar.
Como no dependerás de otras personas, podrás adaptar desde el primer día la planificación de tus sesiones de estudio a lo que más te convenga. Eso sí, procura crear un hábito diario y establecer unos horarios para tener todo bajo control. Puede ser de ayuda fijar objetivos diarios, semanales y mensuales, de modo que puedas comprobar que progresas adecuadamente.
Una vez tengas el temario a tu disposición es aconsejable que te ayudes de esquemas, resúmenes, fichas y mapas conceptuales que te permitan comprender mejor lo que estás trabajando. Es muy importante que la concentración prime por encima de prácticamente todo. De lo contrario lo único que estaremos haciendo es desaprovechar nuestro tiempo. No olvides repasar los temas ya estudiados.
Es fundamental medir tu evolución y avances a lo largo de la preparación. Y para hacerlo no existe mejor método que realizar simulacros de examen. Esto te servirá para conocer tus puntos fuertes y débiles, de modo que puedas dedicar más tiempo a lo que te resulte más difícil. Para ello, es importante que te hagas con test para poder hacerlos por tu cuenta.